martes, 30 de marzo de 2010

Erich Fried (1921-1988)




Las medidas


Los gandules son asesinados,
el mundo se vuelve trabajador.

Los feos son asesinados,
el mundo se vuelve hermoso.

Los necios son asesinados,
el mundo se vuelve sabio.

Los enfermos son asesinados,
el mundo se vuelve sano.

Los ancianos son asesinados,
el mundo se vuelve joven.

Los tristes son asesinados,
el mundo se vuelve divertido.

Los enemigos son asesinados,
el mundo se vuelve amistoso.

Los malos son asesinados,
el mundo se vuelve bueno.




Lo que es


Es absurdo
dice la razón
Es lo que es
dice el amor

Es mala suerte
dice el cálculo
No es otra cosa que dolor
dice el miedo
Es desesperado
dice el conocimiento
Es lo que es
dice el amor

Es ridículo
dice el orgullo
Es sólo atolondrado
dice el cuidado
Es imposible
dice la experiencia
Es lo que es
dice el amor




Libertad del reinar


Decir
"Aquí
reina la libertad"
es siempre
un error o
también
una mentira:

la libertad
no reina




Die Maßnahme


Die Faulen werden geschlachtet,
die Welt wird fleißig.

Die Häßlichen werden geschlachtet,
die Welt wird schön.

Die Narren werden geschlachtet,
die Welt wird weise.

Die Kranken werden geschlachtet,
die Welt wird gesund.

Die Alten werden geschlachtet,
die Welt wird jung.

Die Traurigen werden geschlachtet,
die Welt wird lustig.

Die Feinde werden geschlachtet,
die Welt wird freundlich.

Die Bösen werden geschlachtet,
die Welt wird gut.



Was es ist


Es ist Unsinn
sagt die Vernunft
Es ist was es ist
sagt die Liebe

Es ist Unglück
sagt die Berechnung
Es ist nichts als Schmerz
sagt die Angst
Es ist aussichtslos
sagt die Einsicht
Es ist was es ist
sagt die Liebe

Es ist lächerlich
sagt der Stolz
Es ist leichtsinnig
sagt die Vorsicht
Es ist unmöglich
sagt die Erfahrung
Es ist was es ist
sagt die Liebe



Herrschaftsfreiheit

Zu sagen
"Hier
herrscht Freiheit"
ist immer
ein Irrtum
oder auch
eine Lüge:

Freiheit
herrscht nicht


jueves, 11 de marzo de 2010

Durs Grünbein


DE LOS AEROPUERTOS


Lugares que transitas consciente de tu meta
Sin pensar nada, flotante por ahí: como si aquí
No estuvieras ya casi allá. La puerta al reino de los cielos
Era entonces la del embarque que aún podías alcanzar.
Escaleras mecánicas. Viajeros fluctuando hacia uno y otro lado
Por sistema de tubos. Todo era transferencia, tránsito;
También el bar para tomar un capuchino a toda prisa.
Mas nada aquí apuntaba a un umbral secreto.
No la mirada al pasaporte. Tampoco la inspección
Del equipaje. Peleas y separaciones ocurrían en tierra.
Había registros y uno daba ahí las llaves y el reloj.
Sufría el alma: alguien toqueteaba su estatura.
En la sala de espera, inalcanzable ya, cambiaba el parecer.
Y entre llegadas y salidas se mezclaban horas del día
En la luz media general, que animaba a comprar.
El cuerpo, antes de ser catapultado por turbinas a las nubes,
Se daba largas con cosméticos, licores caros y bombones.
Casualidad que no quedara precintado, declarado en la aduana como momia.
Un hálito de Babilonia espira por los corredores. Políglota
Desorientado, alguien precisa de pantallas con indicaciones.
De un lugar así escápase el presente en forma de aire fresco.
Sólo queda un futuro que brama neutral con nombres numerados.
Entonces ve uno, a través de enormes ventanales panorámicos (¡Oh, Señor!):
El aeroplano, con sus alas gigantes, el autobús.
Las azafatas, sonriendo sibilinas, aguerridas, la huella negra
Del frenazo en el área de maniobra. Viva la muerte.



VON DEN FLUGHÄFEN

Dies sind die Orte, die man zielbewußt passiert,
Und denkt sich nichts und schwebt umher: als wär man hier
Nicht fast schon dort. Das Tor zum Himmelreich
War dann ein Flugsteig, den man eben noch erreichte.
Rolltreppen gab es, Reisegruppen wogten hin und her
Durch ein System von Röhren. Alles war Transit, Transfer;
Auch das Bistro für einen Cappuccino auf die schnelle.
Doch nichts hier deutete auf die geheime Schwelle.
Der Blick aufs Paßbild nicht und das Durchleuchtetwerden;
All die Schikanen, Trennungen geschahn auf Erden.
Da waren Schleusen, und man gab den Schlüssel ab, die Uhr.
Die Seele litt, denn jemand fummelte an der Statur.
Im Warteraum, schon unerreichbar, tauschte man die Seiten.
Und zwischen Ankunft, Abflug mischten sich die Tageszeiten
Zu einem allgemeinen Zwielicht, das zum kaufen animierte.
Der Körper, eh Turbinenkraft ihn wolkenwärts katapultiert,
Vertröstet mit Kosmetik sich, Pralinen, teurem Rum.
Nur Zufall, daß er nicht versiegelt wird, verzollt als Mumie.
Ein Hauch von Babylon weht durch die Hallen. Polyglott
Desorientiert, hat mit den Hinweistafeln mancher seine Not.
An solchem Ort entweicht die Gegenwart wie frische Luft
Und läßt nur Zukunft, die neutral wie Nummern Namen ruft.
Dann sah man sie, durch Panoramafenster groß (O Lord!):
Die Fähre mit den Riesenschwingen, den Transporter.
Die Stewardessen, sibyllinisch lächelnd, abgehärtet,
Die schwarze Bremsspur auf dem Rollfeld.
Viva la muerte.